Post de prueba

Cuando llegué en el ferry con el resto de personas a la isla me quedé un poco rezagado en cuestión de momentos por tener que ir al baño y quedarme mirando al mar desde la escotilla del baño. En el momento que me fijé en seguir con el grupo era tarde, les perdí de vista y lo único que sabía era cómo se llegaba a las cabañas, porque lo había comentado la profesora en el viaje.  Iría a la número diecisiete....¿O era un diecinueve? Estaba escrito en un papel con tinta digital pero no contaba con que Billy , mi mareep, me lo quitaría de las manos y lo arrollaría en cubierta.

- Vamos Billy, que ya estamos siendo impuntuales ante la llegada...- Animé a mi pokémon mientras subía la cuesta por el camino, viendo a lo lejos del camino a la gente. Tras reagruparme con el resto de personas tuve que separarme de nuevo una vez que nos dieron las indicaciones de cuáles eran las cabañas, por lo visto eran compartidas entre dos grupos, aunque no pude escuchar mucho ya que Billy huyó a correr y tuve que ir tras él.

Una vez que llegué al camino del alojamiento entré en la cabaña número diecisiete y tras comprobar que estaba vacía me acerqué a una cama a dejar la mochila.  El sonido del Mareep me alertó de que no estaba solo en la cabaña, pues  Billy estaba  metiendo el hocico en una bolsa ajena.

-¡Aléjate Billy, eso no es tuyo!-elevé la voz rápidamente corriendo a mover a mi pokémon de aquel equipaje desconocido.